En estos últimos días, hojeando la prensa escrita, me he llevado una sorpresa mayúscula, el "prócer" del conflicto mapuche, el viajado, globalizado y archiconocido Aucán Huilcamán, ha levantado la voz y en un golpe mediático le ha dicho al multimillonario de Microsoft Bill Gates, que está dispuesto a iniciar acciones legales en contra de su firma ante el evento de que salga a circulación a nuestra calles y cunetas una versión de Windows íntegramente traducido al mapudungún.
Lo primero que me "salta" ante tan categórica afirmación de Huilcamán es que al parecer todo lo que tenga que ver con la nación mapuche, debe ser visado por él, como una suerte de pase regio, siendo al parecer un cortesano de otro ilustre "mapuche" como lo fue el rey Oriele Antoine de Tunneus, alias el "Rey de la Araucanía", cuyos descendientes aún lucran con dicha dignidad, vendiéndoles a europeos ociosos títulos nobiliarios de su reino enclavado en los confines del planeta. También me resulta curioso que dice representar con sus dichos "a la tremenda mayoría del pueblo - nación mapuche", siendo que su agrupación, el Consejo de Todas las Tierras, no aglutina entre sus filas ni a un centésimo de la población mapuche del país.
Resulta entonces preciso preguntarse ¿qué pretende este señor con dichas acciones?, siendo bien generoso con su causa daría la impresión que estaría negociando un franchising con Microsoft para así obtener recursos que vayan en directo beneficio de aquellos hermanos suyos con problemas financieros (...????....), pero debo ser sincero, Huilcamán representa a aquellos mapuches que pretenden transformar a su étnia en un museo en el siglo XXI, donde por el sólo hecho de pertenecer a ella están privados de integrarse al mundo actual y de los beneficios del mismo, ajenos de la tecnología que toca a todo y a todos, en donde si fuese por él el verdadero mapuche debe ser fiel a sus tradiciones y aunque ello implique vivir en una choza (ni siquiera ruka) que durante el invierno se llueva toda o se escarche con las heladas, ahí debe permanecer, estoico, por cuanto si osa "chilenizarse", optar a subsidio habitacional, a la educación huinka se transforma en un "yanacona", un servil del Estado chileno.
Pero que quede claro, yo no estoy a favor de que el pueblo mapuche se standarice con la sociedad chilena, no, muy por el contrario, es necesario que mantenga su identidad y riqueza cultural, que la engrandece y distingue, pero que aquellos que dicen representarla respondan a sus reales necesidades y no a caprichos que lo único que obtienen son aplausos cerrados en universidades europeas y suculentas cifras de dinero de aquellos que en una actitud verdaderamente terrorista en el pasado exterminaron a sus étnias sin miramientos de ninguna clase y que vienen hoy a "enseñarnos" como debemos tratarnos entre nosotros.
Se viene otra fecha de las eliminatorias para Alemania 2006 y ya empieza a formarse ese ambiente típico chilensis, aparecen los entrenadores improvisados con recetas mágicas con las cuales venceríamos a cualquiera, también son frecuentes los pájaros de mal agüero que si bien me dan ganas de sacarles la cresta son lo bastante realistas como para que, luego de despotricar contra ellos, me hagan reflexionar de que aun no le hemos ganado a nadie y al parecer estamos bastante lejos para conseguir aquello. 
